DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION
SUPERIOR
EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION
EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION
PREAMBULO
En los albores del nuevo siglo, se
observan una demanda de educación superior sin precedentes, acompañada
de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de conciencia de la
importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el desarrollo
sociocultural y económico y para la construcción del futuro, de cara
al cual las nuevas generaciones deberán estar preparadas con nuevas
competencias y nuevos conocimientos e ideales. La educación superior comprende
"todo tipo de estudios, de formación o de formación para la investigación
en el nivel postsecundario, impartidos por una universidad u otros
establecimientos de enseñanza que estén acreditados por las autoridades
competentes del Estado como centros de enseñanza superior"*.
La educación superior se enfrenta en todas partes a desafíos y dificultades
relativos a la financiación, la igualdad de condiciones de acceso a los
estudios y en el transcurso de los mismos, una mejor capacitación del personal,
la formación basada en las competencias, la mejora y conservación de la calidad
de la enseñanza, la investigación y los servicios, la pertinencia de los planes
de estudios, las posibilidades de empleo de los diplomados, el establecimiento
de acuerdos de cooperación eficaces y la igualdad de acceso a los beneficios
que reporta la cooperación internacional. La educación superior debe hacer
frente a la vez a los retos que suponen las nuevas oportunidades que abren las
tecnologías, que mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar
el saber y de acceder al mismo. Deberá garantizarse un acceso equitativo a
estas tecnologías en todos los niveles de los sistemas de enseñanza.
La segunda mitad de nuestro siglo
pasará a la historia de la educación superior como la época de expansión más
espectacular; a escala mundial, el número de estudiantes matriculados se
multiplicó por más de seis entre 1960 (13 millones) y 1995 (82 millones). Pero
también es la época en que se ha agudizado aún más la disparidad, que ya era
enorme, entre los países industrialmente desarrollados, los países en
desarrollo y en particular los países menos
adelantados en lo que respecta al acceso a la educación superior y la
investigación y los recursos de que disponen. Ha sido igualmente una época de
mayor estratificación socioeconómica y de aumento de las diferencias de
oportunidades de enseñanza dentro de los propios países, incluso en algunos de
los más desarrollados y más ricos. Si carece de instituciones de educación
superior e investigación adecuadas que formen a una masa crítica de personas
cualificadas y cultas, ningún país podrá garantizar un auténtico desarrollo
endógeno y sostenible; los países en desarrollo y los países pobres, en
particular, no podrán acortar la distancia que los separa de los países
desarrollados industrializados. El intercambio de conocimientos, la cooperación
internacional y las nuevas tecnologías pueden brindar nuevas oportunidades de
reducir esta disparidad.
La educación superior ha dado sobradas
pruebas de su viabilidad a lo largo de los siglos y de su capacidad para
transformarse y propiciar el cambio y el progreso de la sociedad. Dado el
alcance y el ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende más
a fundarse en el conocimiento, razón de que la educación superior y
la investigación formen hoy en día parte fundamental del desarrollo cultural,
socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las comunidades y
las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes
desafíos, la propia educación superior ha de emprender la transformación
y la renovación más radicales que jamás haya tenido por delante, de
forma que la sociedad contemporánea, que en la actualidad vive una profunda
crisis de valores, pueda trascender las consideraciones meramente económicas y
asumir dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas.
Con la intención de encontrar
soluciones para estos desafíos y de poner en marcha un proceso de profunda
reforma de la educación superior, la UNESCO ha convocado una Conferencia
Mundial sobre la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y acción. Como
parte de los preparativos de la Conferencia, la UNESCO publicó en 1995 su
documento de orientación sobreCambio y desarrollo en la educación superior.
Ulteriormente se celebraron cinco consultas regionales (La Habana, noviembre de
1996; Dakar, abril de 1997; Tokio, julio de 1997; Palermo, septiembre de 1997 y
Beirut, marzo de 1998). En la presente Declaración se toman debidamente en
cuenta, sin perder de vista el carácter propio de cada documento, las
Declaraciones y Planes de Acción aprobados por esas reuniones, que se adjuntan
a la misma, así como todo el proceso de reflexión generado por la preparación
de la Conferencia Mundial.
* * *
Nosotros, los participantes en la
Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, reunidos del 5 al 9 de octubre
de 1998 en la Sede de la UNESCO en París,
Recordando los principios
de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y
el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos,
Recordando la Declaración
Universal de Derechos Humanos y, en particular, el párrafo 1 de su
Artículo 26, en que se declara que "toda persona tiene derecho a la
educación" y que "el acceso a los estudios superiores será igual para
todos, en función de los méritos respectivos", y haciendo suyos los
principios básicos de la Convención relativa a la lucha contra las
discriminaciones en la esfera de la enseñanza (1960), en virtud de cuyo
Artículo 4 los Estados Partes se comprometen a "hacer accesible a todos,
en condiciones de igualdad total y según la capacidad de cada uno, la enseñanza
superior",
Teniendo en cuenta las
recomendaciones relativas a la educación superior formuladas por las grandes
comisiones y conferencias, como por ejemplo la Comisión Internacional sobre la
Educación para el Siglo XXI, la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, las
44ª y 45ª reuniones de la Conferencia Internacional de Educación (Ginebra, 1994
y 1996), las resoluciones aprobadas por la Conferencia General de la UNESCO en
sus 27ª y 29ª reuniones, en particular en relación con la Recomendación
relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior, la
Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990), la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Río
de Janeiro, 1992), la Conferencia sobre libertad académica y autonomía
universitaria (Sinaia, 1992), la Conferencia Mundial de Derechos Humanos
(Viena, 1993), la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, 1995), la
Cuarta Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Mujer (Beijing, 1995), el
Segundo Congreso Internacional sobre Educación e Informática (Moscú, 1996), el
Congreso Mundial sobre Educación Superior y Desarrollo de los Recursos Humanos
en el Siglo XXI (Manila, 1997), la Quinta Conferencia Internacional de
Educación de las Personas Adultas (Hamburgo, 1997) y, en especial, la Agenda
para el Futuro, en cuyo Tema 2 (Mejorar las condiciones y la calidad de la
educación de adultos) se declara lo siguiente: "Nos comprometemos a …
abrir las escuelas, colegios y universidades a los educandos adultos … pidiendo
a la Conferencia Mundial [sobre la] Educación Superior (París, 1998) que
fomente la transformación de las instituciones de enseñanza postsecundaria en
instituciones de educación permanente, y defina en consecuencia la función de
las universidades",
Convencidos de que la
educación es uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, la
democracia, el desarrollo sostenible y la paz, por lo que deberá ser accesible
para todos a lo largo de toda la vida, y de que se necesitan medidas para
asegurar la coordinación y cooperación entre los diversos sectores y dentro de
cada uno de ellos y, en particular, entre la educación general, técnica y
profesional secundaria y postsecundaria, así como entre universidades, escuelas
universitarias e instituciones técnicas,
Considerando que, en este
contexto, la solución de los problemas que se plantean al respecto en los
albores del siglo XXI estará determinada por la amplitud de miras de la
sociedad del futuro y por la función que se asigne a la educación en general y
a la educación superior en particular,
Conscientes de que, en el
umbral de un nuevo milenio, la educación superior debe hacer prevalecer los
valores e ideales de una cultura de paz, y que se ha de movilizar a la
comunidad internacional con ese fin,
Considerando que una
transformación y expansión sustanciales de la educación superior, la mejora de
su calidad y su pertinencia y la manera de resolver las principales
dificultades que la acechan exigen la firme participación no sólo de gobiernos
e instituciones de educación superior, sino también de todas las partes
interesadas, comprendidos los estudiantes y sus familias, los profesores, el
mundo de los negocios y la industria, los sectores público y privado de la
economía, los parlamentos, los medios de comunicación, la comunidad, las
asociaciones profesionales y la sociedad, y exigen igualmente que las
instituciones de educación superior asuman mayores responsabilidades para con
la sociedad y rindan cuentas sobre la utilización de los recursos públicos y
privados, nacionales o internacionales,
Subrayando que los
sistemas de educación superior deberían: aumentar su capacidad para vivir en
medio de la incertidumbre, para transformarse y provocar el cambio, para
atender las necesidades sociales y fomentar la solidaridad y la igualdad;
preservar y ejercer el rigor y la originalidad científicos con espíritu
imparcial por ser un requisito previo decisivo para alcanzar y mantener un
nivel indispensable de calidad; y colocar a los estudiantes en el primer plano
de sus preocupaciones en la perspectiva de una educación a lo largo de
toda la vida a fin de que se puedan integrar plenamente en la sociedad
mundial del conocimiento del siglo que viene,
Considerando asimismo que la
cooperación y el intercambio internacionales son mecanismos decisivos para
promover la educación superior en todo el mundo,
Proclamamos lo siguiente:
MISIONES Y FUNCIONES DE LA EDUCACION
SUPERIOR
Artículo 1. La misión de educar, formar
y realizar investigaciones
Reafirmamos la necesidad de preservar,
reforzar y fomentar aún más las misiones y valores fundamentales de la
educación superior, en particular la misión de contribuir al desarrollo
sostenible y el mejoramiento del conjunto de la sociedad, a saber:
a) formar diplomados altamente
cualificados y ciudadanos responsables, capaces de atender a las
necesidades de todos los aspectos de la actividad humana, ofreciéndoles
cualificaciones que estén a la altura de los tiempos modernos, comprendida la
capacitación profesional, en las que se combinen los conocimientos teóricos y
prácticos de alto nivel mediante cursos y programas que estén constantemente
adaptados a las necesidades presentes y futuras de la sociedad;
b) constituir un espacio
abierto para la formación superior que propicie el aprendizaje permanente,
brindando una óptima gama de opciones y la posibilidad de entrar y salir
fácilmente del sistema, así como oportunidades de realización individual y
movilidad social con el fin de formar ciudadanos que participen
activamente en la sociedad y estén abiertos al mundo, y para promover
el fortalecimiento de las capacidades endógenas y la consolidación en un marco
de justicia de los derechos humanos, el desarrollo sostenible la democracia y
la paz;
c) promover, generar y difundir
conocimientos por medio de la investigación y, como
parte de los servicios que ha de prestar a la comunidad, proporcionar las
competencias técnicas adecuadas para contribuir al desarrollo cultural, social
y económico de las sociedades, fomentando y desarrollando la investigación
científica y tecnológica a la par que la investigación en el campo de las
ciencias sociales, las humanidades y las artes creativas;
d) contribuir a comprender,
interpretar, preservar, reforzar, fomentar y difundir las culturas nacionales y
regionales, internacionales e históricas, en un contexto de pluralismo y
diversidad cultural;
e) contribuir a proteger y consolidar
los valores de la sociedad, velando por inculcar en los jóvenes los
valores en que reposa la ciudadanía democrática y proporcionando perspectivas
críticas y objetivas a fin de propiciar el debate sobre las opciones
estratégicas y el fortalecimiento de enfoques humanistas;
f) contribuir al desarrollo y la mejora
de la educación en todos los niveles, en particular mediante la capacitación
del personal docente.
Artículo 2. Función ética, autonomía,
responsabilidad y prospectiva
De conformidad con la Recomendación
relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior aprobada
por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 1997, los
establecimientos de enseñanza superior, el personal y los estudiantes
universitarios deberán:
a) preservar y desarrollar sus
funciones fundamentales, sometiendo todas sus actividades a las exigencias de
la ética y del rigor científico e intelectual;
b) poder opinar sobre los problemas
éticos, culturales y sociales, con total autonomía y plena responsabilidad, por
estar provistos de una especie de autoridad intelectual que la sociedad
necesita para ayudarla a reflexionar, comprender y actuar;
c) reforzar sus funciones críticas y
progresistas mediante un análisis constante de las nuevas tendencias sociales,
económicas, culturales y políticas, desempeñando de esa manera funciones de
centro de previsión, alerta y prevención;
d) utilizar su capacidad intelectual y
prestigio moral para defender y difundir activamente valores universalmente
aceptados, y en particular la paz, la justicia, la libertad, la igualdad y la
solidaridad, tal y como han quedado consagrados en la Constitución de la
UNESCO;
e) disfrutar plenamente de su libertad
académica y autonomía, concebidas como un conjunto de derechos y obligaciones
siendo al mismo tiempo plenamente responsables para con la sociedad y
rindiéndole cuentas;
f) aportar su contribución a la definición
y tratamiento de los problemas que afectan al bienestar de las comunidades, las
naciones y la sociedad mundial.
FORJAR UNA NUEVA VISION DE LA EDUCACION
SUPERIOR
Artículo 3. Igualdad de acceso
a) De conformidad con el párrafo 1 del
Artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el acceso a los
estudios superiores debería estar basado en los méritos, la capacidad, los
esfuerzos, la perseverancia y la determinación de los aspirantes y, en la
perspectiva de la educación a lo largo de toda la vida, podrá tener lugar a
cualquier edad, tomando debidamente en cuenta las competencias adquiridas
anteriormente. En consecuencia, en el acceso a la educación superior no se
podrá admitir ninguna discriminación fundada en la raza, el sexo, el idioma, la
religión o en consideraciones económicas, culturales o sociales, ni en
incapacidades físicas.
b) La equidad en el acceso a la
educación superior debería empezar por el fortalecimiento y, de ser necesario,
una nueva orientación de su vinculación con los demás niveles de enseñanza, y
más concretamente con la enseñanza secundaria. Las instituciones de educación
superior deben ser consideradas componentes de un sistema continuo al que deben
también contribuir y que deben fomentar, que empieza con la educación para la
primera infancia y la enseñanza primaria y prosigue a lo largo de toda la vida.
Los establecimientos de educación superior deben actuar en estrecha
colaboración con los padres, las escuelas, los estudiantes y los grupos
socioeconómicos y las entidades elegidas. La enseñanza secundaria no debería
limitarse a formar candidatos cualificados para acceder a la enseñanza superior
fomentando la capacidad de aprender en general, sino también prepararlos para
la vida activa brindando formación para una amplia gama de profesiones. No
obstante, el acceso a la enseñanza superior debería seguir estando abierto a
toda persona que haya finalizado satisfactoriamente la enseñanza secundaria u
otros estudios equivalentes o que reúna las condiciones necesarias, en la
medida de lo posible, sin distinción de edad y sin ninguna discriminación.
c. Por consiguiente, el rápido y amplio
incremento de la demanda de educación superior exige, cuando
proceda, que en toda política de acceso a la misma se dé
preferencia al planteamiento basado en los méritos, tal como se ha definido en
el Artículo 3 a) supra.
d. Se debe facilitar activamente el
acceso a la educación superior de los miembros de algunos grupos específicos,
como los pueblos indígenas, las minorías culturales y lingüísticas, de grupos
desfavorecidos, de pueblos que viven en situación de ocupación y personas que
sufren discapacidades, puesto que esos grupos, tanto colectiva como
individualmente, pueden poseer experiencias y talentos que podrían ser muy
valiosos para el desarrollo de las sociedades y naciones. Una asistencia
material especial y soluciones educativas pueden contribuir a superar los
obstáculos con que tropiezan esos grupos tanto para tener acceso a la educación
superior como para llevar a cabo estudios en ese nivel.
Artículo 4. Fortalecimiento de la
participación y promoción del acceso de las mujeres
a) Aunque se hayan realizado progresos
considerables en cuanto a mejorar el acceso de las mujeres a la enseñanza
superior, en muchas partes del mundo todavía subsisten distintos obstáculos de
índole socioeconómica, cultural y política, que impiden su pleno acceso e
integración efectiva. Superarlos sigue revistiendo una prioridad urgente en el
proceso de renovación encaminado a establecer un sistema de educación superior
equitativo y no discriminatorio, fundado en el principio del mérito.
b) Se requieren más esfuerzos para
eliminar todos los estereotipos fundados en el género en la educación superior,
tener en cuenta el punto de vista del género en las distintas disciplinas,
consolidar la participación cualitativa de las mujeres en todos los niveles y
las disciplinas en que están insuficientemente representadas, e incrementar
sobre todo su participación activa en la adopción de decisiones.
c) Han de fomentarse los estudios sobre
el género (o estudios relativos a la mujer) como campo específico que tiene un
papel estratégico en la transformación de la educación superior y de la
sociedad.
d) Hay que esforzarse por eliminar los
obstáculos políticos y sociales que hacen que la mujer esté insuficientemente
representada, y favorecer en particular la participación activa de la mujer en
los niveles de la elaboración de políticas y la adopción de decisiones, tanto
en la educación superior como en la sociedad.
Artículo 5. Promoción del saber
mediante la investigación en los ámbitos de la ciencia, el arte y las
humanidades y la difusión de sus resultados
a) El progreso del conocimiento
mediante la investigación es una función esencial de todos
los sistemas de educación superior que tienen el deber de
promover los estudios de postgrado. Deberían fomentarse y reforzarse la
innovación, la interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad en los
programas, fundando las orientaciones a largo plazo en los objetivos y
necesidades sociales y culturales. Se debería establecer un equilibrio adecuado
entre la investigación fundamental y la orientada hacia objetivos específicos.
b) Las instituciones deberán velar por
que todos los miembros de la comunidad académica que realizan investigaciones
reciban formación, recursos y apoyo suficientes. Los derechos intelectuales y
culturales derivados de las conclusiones de la investigación deberían
utilizarse en provecho de la humanidad y protegerse para evitar su uso
indebido.
c) Se debería incrementar la
investigación en todas las disciplinas, comprendidas las ciencias sociales y
humanas, las ciencias de la educación (incluida la investigación sobre la
educación superior), la ingeniería, las ciencias naturales, las matemáticas, la
informática y las artes, en el marco de políticas nacionales, regionales e
internacionales de investigación y desarrollo. Reviste especial importancia el
fomento de las capacidades de investigación en los establecimientos de
enseñanza superior con funciones de investigación puesto que cuando la
educación superior y la investigación se llevan a cabo en un alto nivel dentro
de la misma institución se logra una potenciación mutua de la calidad. Estas
instituciones deberían obtener el apoyo material y financiero necesario
de fuentes públicas y privadas.
Artículo 6. Orientación a largo plazo
fundada en la pertinencia
a) La pertinencia de
la educación superior debe evaluarse en función de la adecuación entre lo que
la sociedad espera de las instituciones y lo que éstas hacen. Ello requiere
normas éticas, imparcialidad política, capacidad crítica y, al mismo tiempo,
una mejor articulación con los problemas de la sociedad y del mundo del
trabajo, fundando las orientaciones a largo plazo en objetivos y necesidades
sociales, comprendidos el respeto de las culturas y la protección del medio
ambiente. El objetivo es facilitar el acceso a una educación general
amplia, y también a una educación especializada y para determinadas carreras, a
menudo interdisciplinaria, centrada en las competencias y aptitudes, pues ambas
preparan a los individuos para vivir en situaciones diversas y poder cambiar de
actividad.
b) La educación superior debe reforzar
sus funciones de servicio a la sociedad, y más concretamente sus
actividades encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia,
el analfabetismo, el hambre, el deterioro del medio ambiente y las
enfermedades, principalmente mediante un planteamiento
interdisciplinario y transdisciplinario para analizar los problemas y las
cuestiones planteados.
c) La educación superior debe aumentar
su contribución al desarrollo del conjunto del sistema educativo,
sobre todo mejorando la formación del personal docente, la elaboración de los
planes de estudio y la investigación sobre la educación.
d) En última instancia, la educación
superior debería apuntar a crear una nueva sociedad no violenta y de la que
esté excluida la explotación, sociedad formada por personas muy cultas,
motivadas e integradas, movidas por el amor hacia la humanidad y guiadas por la
sabiduría.
Artículo 7. Reforzar la cooperación con
el mundo del trabajo y el análisis y la previsión de las necesidades de la
sociedad
a) En un contexto económico
caracterizado por los cambios y la aparición de nuevos modelos de producción
basados en el saber y sus aplicaciones, así como en el tratamiento de la
información, deberían reforzarse y renovarse los vínculos entre la enseñanza
superior, el mundo del trabajo y otros sectores de la sociedad.
b) Los vínculos con el mundo del
trabajo pueden reforzarse mediante la participación de sus representantes en
los órganos rectores de las instituciones, la intensificación de la
utilización, por los docentes y los estudiantes, en los planos nacional e
internacional, de las posibilidades de aprendizaje profesional y de combinación
de estudios y trabajo, el intercambio de personal entre el mundo del trabajo y
las instituciones de educación superior y la revisión de los planes de estudio
para que se adapten mejor a las prácticas profesionales.
c) En su calidad de fuente
permanente de formación, perfeccionamiento y reciclaje profesionales, las
instituciones de educación superior deberían tomar en consideración
sistemáticamente las tendencias que se dan en el mundo laboral y en los
sectores científicos, tecnológicos y económicos. A fin de satisfacer las
demandas planteadas en el ámbito del trabajo los sistemas de educación superior
y el mundo del trabajo deben crear y evaluar conjuntamente modalidades de
aprendizaje, programas de transición y programas de evaluación y reconocimiento
previos de los conocimientos adquiridos, que integren la teoría y la formación
en el empleo. En el marco de su función prospectiva, las instituciones de
educación superior podrían contribuir a fomentar la creación de empleos, sin
que éste sea el único fin en sí.
d) Aprender a emprender y fomentar el
espíritu de iniciativa deben convertirse en importantes preocupaciones de la
educación superior, a fin de facilitar las posibilidades de empleo de los
diplomados, que cada vez estarán más llamados a crear puestos de trabajo y no a
limitarse a buscarlos. Las instituciones de educación superior deberían brindar
a los estudiantes la posibilidad de desarrollar plenamente sus propias
capacidades con sentido de la responsabilidad social, educándolos para que
tengan una participación activa en la sociedad democrática y promuevan los
cambios que propiciarán la igualdad y la justicia.
Artículo 8. La diversificación como
medio de reforzar la igualdad de oportunidades
a) La diversificación de los modelos de
educación superior y de las modalidades y los criterios de contratación es
indispensable para responder a la tendencia internacional de masificación de la
demanda y a la vez para dar acceso a distintos modos de enseñanza y ampliar el
acceso a grupos públicos cada vez más diversos, con miras a la educación a lo
largo de toda la vida, lo cual supone que se pueda ingresar en el sistema de
educación superior y salir de él fácilmente.
b) Unos sistemas de educación superior
más diversificados suponen nuevos tipos de establecimientos de enseñanza
postsecundaria, públicos, privados y no lucrativos, entre otros. Esas
instituciones deben ofrecer una amplia gama de posibilidades de educación y
formación: títulos tradicionales, cursillos, estudios a tiempo parcial,
horarios flexibles, cursos en módulos, enseñanza a distancia con ayuda, etc.
Artículo 9. Métodos educativos
innovadores: pensamiento crítico y creatividad
a) En un mundo en rápido cambio, se
percibe la necesidad de una nueva visión y un nuevo modelo de enseñanza
superior, que debería estar centrado en el estudiante, lo cual exige, en la
mayor parte de los países, reformas en profundidad y una política de ampliación
del acceso, para acoger a categorías de personas cada vez más diversas, así
como una renovación de los contenidos, métodos, prácticas y medios de
transmisión del saber, que han de basarse en nuevos tipos de vínculos y de
colaboración con la comunidad y con los más amplios sectores de la sociedad.
b) Las instituciones de educación
superior deben formar a los estudiantes para que se conviertan en ciudadanos
bien informados y profundamente motivados, provistos de un sentido crítico y
capaces de analizar los problemas de la sociedad, buscar soluciones para los
que se planteen a la sociedad, aplicar éstas y asumir responsabilidades
sociales.
c) Para alcanzar estos objetivos, puede
ser necesario reformular los planes de estudio y utilizar métodos nuevos y
adecuados que permitan superar el mero dominio cognitivo de las disciplinas; se
debería facilitar el acceso a nuevos planteamientos pedagógicos y didácticos y
fomentarlos para propiciar la adquisición de conocimientos prácticos,
competencias y aptitudes para la comunicación, el análisis creativo y
crítico, la reflexión independiente y el trabajo en equipo en contextos
multiculturales, en los que la creatividad exige combinar el saber teórico
y práctico tradicional o local con la ciencia y la tecnología de
vanguardia. Esta reestructuración de los planes de estudio debería
tomar en consideración las cuestiones relacionadas con las diferencias entre
hombres y mujeres, así como el contexto cultural, histórico y económico, propio
de cada país. La enseñanza de las normas relativas a los derechos humanos y
la educación sobre las necesidades de las comunidades del mundo entero deberían
quedar reflejadas en los planes de estudio de todas las disciplinas,
especialmente las que preparan para las actividades empresariales. El personal
académico debería desempeñar una función decisiva en la definición de los planes
de estudio.
d) Los nuevos métodos pedagógicos
también supondrán nuevos materiales didácticos. Estos deberán estar asociados a
nuevos métodos de examen, que pongan a prueba no sólo la memoria sino también
las facultades de comprensión, la aptitud para las labores prácticas y la
creatividad.
Artículo 10. El personal y los
estudiantes, principales protagonistas de la educación superior
a) Un elemento esencial para las
instituciones de enseñanza superior es una enérgica política de formación del
personal. Se deberían establecer directrices claras sobre los docentes de la
educación superior, que deberían ocuparse sobre todo, hoy en día, de enseñar a
sus alumnos a aprender y a tomar iniciativas, y no a ser, únicamente, pozos de
ciencia. Deberían tomarse medidas adecuadas en materia de investigación, así
como de actualización y mejora de sus competencias pedagógicas mediante
programas adecuados de formación del personal, que estimulen la innovación
permanente en los planes de estudio y los métodos de enseñanza y aprendizaje, y
que aseguren condiciones profesionales y financieras apropiadas a los docentes
a fin de garantizar la excelencia de la investigación y la enseñanza,
y en las que queden reflejadas las disposiciones de la Recomendación
relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior aprobada
por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de 1997. Con ese fin,
se debería conceder más importancia a la experiencia internacional. Además,
dada la función que desempeña la enseñanza superior en la educación permanente,
debería considerarse que la experiencia adquirida fuera de las instituciones
constituye un mérito importante para formar parte del personal de la enseñanza
superior.
b) Todos los establecimientos de
enseñanza superior deberían establecer directrices claras, preparando a los
profesores de los niveles preescolar, primario y secundario, fomentando la
innovación constante en los planes de estudio, las prácticas más adecuadas en
los métodos pedagógicos y el conocimiento cabal de los diversos tipos de
aprendizaje. Es indispensable contar con un personal administrativo y técnico
preparado de modo apropiado.
c) Los responsables de la
adopción de decisiones en los planos nacional e institucional deberían situar a
los estudiantes y sus necesidades en el centro de sus preocupaciones, y
considerarlos participantes esenciales y protagonistas responsables del proceso
de renovación de la enseñanza superior. Estos principios deberían abarcar la
participación de los estudiantes en las cuestiones relativas a esta enseñanza,
en la evaluación, en la renovación de los métodos pedagógicos y de los
programas y, en el marco institucional vigente, en la elaboración de políticas
y en la gestión de los establecimientos. En la medida en que los estudiantes
tienen derecho a organizarse y tener representantes, se debería garantizar su
participación en estas cuestiones.
d) Habría que desarrollar los servicios
de orientación para facilitar el paso de los estudiantes secundarios a la
enseñanza superior, sea cual fuere su edad, y para tener en cuenta las
necesidades de categorías cada vez más diversificadas de educandos. Hay que
tener en cuenta las necesidades, no sólo de los que pasan a la educación
superior procedentes de escuelas o establecimientos postescolares, sino también
de las necesidades de los que abandonan la enseñanza o vuelven a ella en un
proceso de educación permanente. Este apoyo es importante si se quiere que los
estudiantes se adapten a los cursos, reduciéndose así el abandono escolar. Los
alumnos que abandonan sus estudios han de tener oportunidades adecuadas de
volver a la enseñanza superior, de estimarlo conveniente y en el momento que
les parezca oportuno.
DE LA VISION A LA ACCION
Artículo 11. Evaluación de la calidad
a) La calidad de la enseñanza
superior es un concepto pluridimensional que debería comprender todas
sus funciones y actividades: enseñanza y programas académicos, investigación y
becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamiento y
servicios a la comunidad y al mundo universitario. Una autoevaluación interna y
un examen externo realizados con transparencia por expertos independientes, en
lo posible especializados en lo internacional, son esenciales para la mejora de
la calidad. Deberían crearse instancias nacionales independientes, y definirse
normas comparativas de calidad, reconocidas en el plano internacional. Con
miras a tener en cuenta la diversidad y evitar la uniformidad, debería
prestarse la atención debida a las particularidades de los contextos institucional,
nacional y regional. Los protagonistas deben ser parte integrante del
proceso de evaluación institucional.
b) La calidad requiere también que la
enseñanza superior esté caracterizada por su dimensión internacional: el
intercambio de conocimientos, la creación de sistemas interactivos, la
movilidad de profesores y estudiantes y los proyectos de investigación
internacionales, aun cuando se tengan debidamente en cuenta los valores
culturales y las situaciones nacionales.
c) Para lograr y mantener la calidad
nacional, regional o internacional, ciertos elementos son especialmente
importantes, principalmente la selección esmerada del personal y su
perfeccionamiento constante, en particular mediante la promoción de planes de
estudios adecuados para el perfeccionamiento del personal universitario,
incluida la metodología del proceso pedagógico, y mediante la movilidad entre
los países y los establecimientos de enseñanza superior y entre los
establecimientos de educación superior y el mundo del trabajo, así como la
movilidad de los estudiantes en cada país y entre los distintos países. Las
nuevas tecnologías de la información constituyen un instrumento importante en
este proceso debido a su impacto en la adquisición de conocimientos teóricos y
prácticos.
Artículo 12. El potencial y los
desafíos de la tecnología
Los rápidos progresos de las nuevas
tecnologías de la información y la comunicación seguirán modificando la forma
de elaboración, adquisición y transmisión de los conocimientos. También es
importante señalar que las nuevas tecnologías brindan posibilidades de renovar
el contenido de los cursos y los métodos pedagógicos, y de ampliar el acceso a
la educación superior. No hay que olvidar, sin embargo, que la nueva tecnología
de la información no hace que los docentes dejen de ser indispensables, sino
que modifica su papel en relación con el proceso de aprendizaje, y que el
diálogo permanente que transforma la información en conocimiento y comprensión
pasa a ser fundamental. Los establecimientos de educación superior han de dar
el ejemplo en materia de aprovechamiento de las ventajas y el potencial de las
nuevas tecnologías de la información y la comunicación, velando por la calidad
y manteniendo niveles elevados en las prácticas y los resultados de la educación,
con un espíritu de apertura, equidad y cooperación internacional, por los
siguientes medios:
a) constituir redes, realizar
transferencias tecnológicas, formar recursos humanos, elaborar material
didáctico e intercambiar las experiencias de aplicación de estas tecnologías a
la enseñanza, la formación y la investigación, permitiendo así a todos el
acceso al saber;
b) crear nuevos entornos pedagógicos,
que van desde los servicios de educación a distancia hasta los establecimientos
y sistemas "virtuales" de enseñanza superior, capaces de salvar las
distancias y establecer sistemas de educación de alta calidad, favoreciendo así
el progreso social y económico y la democratización así como otras prioridades
sociales importantes; empero, han de asegurarse de que el funcionamiento de
estos complejos educativos virtuales, creados a partir de redes regionales
continentales o globales, tenga lugar en un contexto respetuoso de las
identidades culturales y sociales;
c) aprovechar plenamente las
tecnologías de la información y la comunicación con fines educativos,
esforzándose al mismo tiempo por corregir las graves desigualdades existentes
entre los países, así como en el interior de éstos en lo que respecta al acceso
a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y a la producción
de los correspondientes recursos;
d) adaptar estas nuevas tecnologías a
las necesidades nacionales y locales, velando por que los sistemas técnicos,
educativos, institucionales y de gestión las apoyen;
e) facilitar, gracias a la cooperación
internacional, la determinación de los objetivos e intereses de todos los
países, especialmente de los países en desarrollo, el acceso equitativo a las
infraestructuras en este campo y su fortalecimiento y la difusión de estas
tecnologías en toda la sociedad;
f) seguir de cerca la evolución de la
sociedad del conocimiento a fin de garantizar el mantenimiento de un nivel alto
de calidad y de reglas de acceso equitativas;
g) teniendo en cuentas las nuevas
posibilidades abiertas por el uso de las tecnologías de la información y la
comunicación, es importante observar que ante todo son los establecimientos de
educación superior los que utilizan esas tecnologías para modernizar su trabajo
en lugar de que éstas transformen a establecimientos reales en entidades
virtuales.
Artículo 13. Reforzar la gestión y el
financiamiento de la educación superior
a) La gestión y el financiamiento de la
enseñanza superior exigen la elaboración de capacidades y estrategias
apropiadas de planificación y análisis de las políticas, basadas en la
cooperación establecida entre los establecimientos de enseñanza superior y los
organismos nacionales de planificación y de coordinación a fin de garantizar
una gestión debidamente racionalizada y una utilización sana de los recursos.
Los establecimientos de enseñanza superior deberían adoptar prácticas
de gestión con una perspectiva de futuro que responda a las necesidades de
sus entornos. Los administradores de la enseñanza superior deben ser
receptivos, competentes y capaces de evaluar regularmente -mediante mecanismos
internos y externos- la eficacia de los procedimientos y las reglas
administrativos.
b) Los establecimientos de enseñanza
superior deben gozar de autonomía para manejar sus asuntos internos, aunque
dicha autonomía ha de ir acompañada por la obligación de presentar una
contabilidad clara y transparente a las autoridades, al parlamento, a los
educandos y a la sociedad en su conjunto.
·
El objetivo último de la gestión debería ser el cumplimiento óptimo de
la misión institucional asegurando una enseñanza, formación e investigación de
gran calidad, y prestando servicios a la comunidad. Este objetivo
requiere una dirección que combine la visión social, incluida la
comprensión de los problemas mundiales, con competencias de gestión eficaces. La
función de dirección en la enseñanza superior constituye, por tanto, una
responsabilidad social de primer orden y puede reforzarse de manera
significativa a través del diálogo con todos los que participan en ella, y en
particular con los profesores y los estudiantes. Teniendo presente la necesidad
de mantener dentro de límites razonables las dimensiones de los órganos
rectores de los establecimientos de enseñanza superior, habría que prever la
participación de los académicos en dichos órganos, en el marco institucional
vigente.
·
Es indispensable fomentar la cooperación Norte-Sur con miras a lograr
una financiación apropiada para fortalecer la educación superior en los países
en desarrollo.
Artículo 14. La financiación de la
educación superior como servicio público
La financiación de la educación
superior requiere recursos públicos y privados. El Estado conserva una función
esencial en esa financiación.
a) La diversificación de las fuentes de
financiación refleja el apoyo que la sociedad presta a esta última y se debería
seguir reforzando a fin de garantizar el desarrollo de este tipo de enseñanza,
de aumentar su eficacia y de mantener su calidad y pertinencia. El
apoyo público a la educación superior y a la investigación sigue
siendo fundamental para asegurar que las misiones educativas y
sociales se llevan a cabo de manera equilibrada.
b) La sociedad en su conjunto debería
apoyar la educación de todos los niveles, incluida la enseñanza superior dado
el papel que ésta desempeña en el fomento de un desarrollo económico, social y
cultural sostenible. La movilización con este fin depende de la
sensibilización y la participación del público, de los sectores público y
privado de la economía, de los parlamentos, de los medios de
comunicación, de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, de
los estudiantes y de los establecimientos, de las familias y de todos los
agentes sociales que intervienen en la enseñanza superior.
Artículo 15. Poner en común los
conocimientos teóricos y prácticos entre los países y continentes
a) El principio de solidaridad y de una
auténtica asociación entre los establecimientos de enseñanza superior de todo
el mundo es fundamental para que la educación y la formación en todos los
ámbitos ayuden a entender mejor los problemas mundiales, el papel de la
gobernación democrática y de los recursos humanos calificados en su resolución,
y la necesidad de vivir juntos con culturas y valores diferentes. La práctica
del plurilingüismo, los programas de intercambio de docentes y estudiantes y el
establecimiento de vínculos institucionales para promover la cooperación
intelectual y científica debiera ser parte integrante de todos los sistemas de
enseñanza superior.
b) Los principios de la cooperación
internacional fundada en la solidaridad, el reconocimiento y el apoyo mutuo,
una auténtica asociación que redunde, de modo equitativo, en beneficio de todos
los interesados y la importancia de poner en común los conocimientos teóricos y
prácticos a nivel internacional deberían regir las relaciones entre los
establecimientos de enseñanza superior en los países desarrollados y en
desarrollo, en particular en beneficio de los países menos adelantados. Habría
que tener en cuenta la necesidad de salvaguardar las capacidades institucionales
en materia de educación superior en las regiones en situaciones de conflicto o
sometidas a desastres naturales. Por consiguiente, la dimensión internacional
debería estar presente en los planes de estudios y en los procesos de enseñanza
y aprendizaje.
c) Habría que ratificar y aplicar los
instrumentos normativos regionales e internacionales relativos al
reconocimiento de los estudios, incluidos los que atañen a la homologación de
conocimientos, competencias y aptitudes de los diplomados, a fin de permitir a
los estudiantes cambiar de curso con más facilidad y de aumentar la movilidad
dentro de los sistemas nacionales y entre ellos.
Artículo 16. De la "fuga de
cerebros" a su retorno
Sería preciso poner freno a la
"fuga de cerebros" ya que sigue privando a los países en desarrollo y
a los países en transición, de profesionales de alto nivel necesarios para
acelerar su progreso socioeconómico. Los programas de cooperación internacional
debieran basarse en relaciones de colaboración a largo plazo entre establecimientos
del Sur y el Norte y promover la cooperación Sur-Sur. Se debería conceder la
prioridad a programas de formación en los países en desarrollo en centros de
excelencia organizados en redes regionales e internacionales, acompañados de
cursillos en el extranjero especializados e intensivos, de corta duración.
Habría que atender a la creación de un entorno que atraiga y retenga el capital
humano cualificado, mediante políticas nacionales o acuerdos internacionales
que faciliten el retorno, permanente o temporal, de especialistas e
investigadores muy competentes a sus países de origen. Al mismo tiempo, hay que
alentar un proceso de retorno de profesionales mediante programas de
colaboración que, gracias a su dimensión internacional, favorezcan la creación
y el fortalecimiento de establecimientos y faciliten la plena utilización de
las capacidades endógenas. La experiencia del Programa UNITWIN y de Cátedras
UNESCO y los principios que figuran en los convenios regionales en materia de
reconocimiento de títulos y diplomas de educación superior tienen, a este
respecto, especial importancia.
Artículo 17. Las asociaciones y
alianzas
La colaboración y las alianzas entre
las partes interesadas (los responsables de las políticas nacionales e
institucionales, el personal docente, los investigadores y estudiantes y el
personal administrativo y técnico de los establecimientos de enseñanza
superior, el mundo laboral y los grupos comunitarios) constituyen un factor
importante a la hora de realizar transformaciones. Las organizaciones no
gubernamentales son también agentes clave en este proceso. Por
consiguiente, la asociación basada en el interés común, el respeto
mutuo y la credibilidad deberá ser una modalidad esencial para renovar la
enseñanza superior.
Nosotros, los participantes en la
Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, aprobamos esta Declaración y
reafirmamos el derecho de todos a la educación y el derecho de acceder a la
enseñanza superior sobre la base de los méritos y capacidades individuales;
Nos comprometemos a actuar juntos en el
marco de nuestras responsabilidades individuales y colectivas adoptando todas
las medidas necesarias a fin de hacer realidad los principios relativos a la
enseñanza superior que figuran en la Declaración Universal de Derechos Humanos
y en la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera
de la enseñanza;
Reafirmamos solemnemente nuestros
compromisos en favor de la paz. Estamos pues decididos a dar la máxima
prioridad a la educación para la paz y a participar en la celebración del Año
Internacional de la Cultura de Paz en el año 2000;
En consecuencia, aprobamos esta
Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y
Acción. Para alcanzar los objetivos consagrados en esta Declaración y, en
particular, a fin de tomar medidas sin tardanza, expresamos nuestro acuerdo con
el siguiente Marco de Acción Prioritaria para el Cambio y el Desarrollo de la
Enseñanza Superior.
I. ACCIONES PRIORITARIAS EN
EL PLANO NACIONAL
1. Los Estados Miembros,
comprendidos sus gobiernos, parlamentos y otras autoridades deberán:
a) crear, cuando proceda, el marco
legislativo, político y financiero para reformar y desarrollar la educación
superior de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos, según
la cual la educación superior deberá ser accesible a todos en función
del mérito. No puede aceptarse ninguna discriminación ni nadie deberá
quedar excluido de la educación superior ni de sus ámbitos de estudio, niveles
de titulación y diferentes tipos de establecimientos por razones fundadas en su
raza, género, lengua, religión, edad ni tampoco por diferencias económicas o
sociales ni discapacidades físicas;
b) estrechar los vínculos entre la
educación superior y la investigación;
c) considerar que la educación superior
es un catalizador para todo el sistema de enseñanza y utilizarla como tal;
d) ampliar las instituciones de
educación superior para que adopten los planteamientos de la educación
permanente, proporcionando a los estudiantes una gama óptima de opciones y la
posibilidad de entrar y salir fácilmente del sistema, y redefinir su cometido
en consecuencia, lo que implica la instauración de un espacio abierto
permanente de aprendizaje y la necesidad de programas de transición y la
evaluación y el reconocimiento de la enseñanza recibida anteriormente;
e) esforzarse, cuando sea preciso, por
establecer estrechos vínculos entre las instituciones de educación superior y
las que se dedican a la investigación, tomando en cuenta que la enseñanza y la
investigación son dos elementos íntimamente relacionados de la producción del
conocimiento;
f) instaurar nuevas modalidades de
colaboración entre los establecimientos de educación superior y los distintos
sectores de la sociedad para que la educación superior y los programas de
investigación contribuyan eficazmente al desarrollo local, regional y nacional;
g) cumplir sus obligaciones con la
educación superior y los compromisos contraídos, con su acuerdo, en diversas
reuniones, sobre todo en el último decenio, en relación con los recursos
humanos, materiales y financieros, el desarrollo humano y la educación en
general, y con la educación superior en particular;
h) contar con un plan rector para
garantizar la existencia de nuevas asociaciones y la participación de todos los
interlocutores pertinentes en todos los aspectos de la educación superior:
proceso de evaluación, comprendidas la renovación de los planes de estudios y
los métodos pedagógicos, servicios de orientación y asesoramiento y, en el
marco institucional vigente, formulación de políticas y dirección de los
establecimientos;
i) definir y aplicar políticas
destinadas a eliminar de la enseñanza superior todos los prejuicios fundados en
el género y consolidar la participación de la mujer en todos los
niveles y todas las disciplinas en que esté poco representada en la actualidad
y, especialmente, reforzar su intervención activa en la adopción de decisiones;
j) formular políticas claras
sobre los docentes de la educación superior, como se indica en la
Recomendación relativa a la condición del personal docente de la enseñanza
superior, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de
1997;
k) reconocer que los estudiantes son el
centro de atención de la educación superior y unos de sus principales
interesados. Se los deberá hacer participar, mediante las estructuras
institucionales apropiadas, en la renovación de su nivel de educación (comprendidos
los planes de estudio y la reforma pedagógica) y en la adopción de decisiones
de carácter político, en el marco de las instituciones vigentes;
l) reconocer que los estudiantes tienen
el derecho de organizarse de modo autónomo;
m) promover y facilitar la movilidad
nacional e internacional del personal docente y de los estudiantes como
elemento esencial de la calidad y la pertinencia de la educación superior;
n) crear y garantizar las condiciones
necesarias para el ejercicio de la libertad académica y la autonomía
institucional para que los establecimientos de educación superior, así como las
personas dedicadas a la educación superior y la investigación, puedan cumplir
con sus obligaciones para con la sociedad.
2. Los Estados en los que
el número de matrículas es bajo en comparación con las normas
internacionalmente aceptadas deberán esforzarse por garantizar un nivel de
educación superior adecuado a las necesidades actuales de los sectores público
y privado de la sociedad y elaborar planes para diversificar y ampliar el
acceso a la enseñanza superior, especialmente en beneficio de todas las
minorías y los grupos desfavorecidos.
3. La interrelación con la enseñanza
general, técnica y profesional deberá revisarse a fondo en la
perspectiva de la educación permanente. El acceso a la educación superior en
todas sus formas deberá permanecer abierto a cuantos hayan terminado sus
estudios secundarios o su equivalente, o quienes reúnan las condiciones de
admisión independientemente de su edad, previendo al mismo tiempo, sobre todo
para los estudiantes de mayor edad sin diploma formal de educación secundaria,
medios de acceso al nivel de la educación superior mediante la valorización de
sus experiencias profesionales. Sin embargo, la preparación para la
educación superior no deberá ser el único ni el principal objetivo de la
enseñanza secundaria, que ha de preparar también para el mundo del trabajo,
con una formación complementaria siempre que sea necesario, para proporcionar a
los alumnos los conocimientos, las capacidades y las competencias necesarios
para ejercer una amplia gama de trabajos. Deberá promoverse la idea de los
programas de transición, para que los que accedan al mercado laboral puedan
retomar los estudios ulteriormente.
4. Deberán adoptarse medidas
concretas para reducir la creciente distancia entre los países industrialmente
desarrollados y los países en desarrollo, especialmente los países menos
adelantados en los ámbitos de la educación superior y la investigación. Son
necesarias nuevas medidas para fomentar una mayor cooperación entre países en
todos los niveles de desarrollo económico con respecto a la educación superior
y la investigación. Se deberá considerar la posibilidad de asignar recursos
presupuestarios con este fin y concertar acuerdos mutuamente ventajosos con la
industria, tanto nacional como internacional, a fin de realizar actividades y
proyectos de cooperación mediante los incentivos y la financiación apropiados
para la educación, la investigación y la formación de expertos de alto nivel en
esos países.
II. ACCIONES PRIORITARIAS EN EL
PLANO DE LOS SISTEMAS Y LAS INSTITUCIONES
5. Cada establecimiento de
educación superior debería definir su misión de acuerdo con las necesidades
presentes y futuras de la sociedad, consciente de que la educación
superior es esencial para que todo país o región alcancen el nivel necesario de
desarrollo económico y social sostenible y racional desde el punto de vista del
medio ambiente, una creatividad cultural nutrida por un conocimiento y una
comprensión mejores del patrimonio cultural, un nivel de vida más alto y la paz
y la armonía internas e internacionales, fundadas en los derechos humanos, la
democracia, la tolerancia y el respeto mutuo. Estos cometidos deberán
incorporar el concepto de libertad académica, tal como figura en la
Recomendación relativa a la condición del personal docente de la enseñanza
superior, aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en noviembre de
1997.
6. A la hora de determinar las
prioridades en sus programas y estructuras, los establecimientos de educación
superior deberán:
a) tener en cuenta el respeto de la
ética, del rigor científico e intelectual y el enfoque multidisciplinario y
transdisciplinario;
b) procurar ante todo establecer
sistemas de acceso en beneficio de todas las personas que tengan las
capacidades y motivaciones necesarias;
c) hacer uso de su autonomía y su gran
competencia para contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad y a
resolver los problemas más importantes a que ha de hacer frente la
sociedad del futuro. Deberán desarrollar su capacidad de predicción mediante el
análisis de las tendencias sociales, económicas y políticas que vayan
surgiendo, abordadas con un enfoque multidisciplinario y transdisciplinario,
prestando particular atención a:
·
una alta calidad y una clara conciencia de la pertinencia social de los
estudios y de su función de anticipación, sobre bases científicas;
·
el conocimiento de las cuestiones sociales fundamentales, en particular
las que guardan relación con la eliminación de la pobreza, el desarrollo
sostenible, el diálogo intercultural y la construcción de una cultura de paz;
·
la necesidad de que haya una estrecha relación con las organizaciones o
institutos de investigación conocidos por su competencia en esta actividad;
·
la evolución de la totalidad del sistema educativo en el contexto de las
recomendaciones y de los nuevos objetivos de la educación mencionados en el
informe presentado en 1996 a la UNESCO por la Comisión Internacional sobre la
Educación para el siglo XXI;
·
los principios fundamentales de una ética humana, aplicados a cada
profesión y a todos los ámbitos del quehacer humano;
d) asegurar, especialmente en las
universidades y en lo posible, que los miembros del cuerpo docente asuman
tareas de enseñanza, investigación, apoyo a los estudiantes y dirección de
asuntos institucionales;
e) adoptar todas las medidas necesarias
para reforzar el servicio que prestan a la comunidad, en particular sus
actividades encaminadas a erradicar la pobreza, la intolerancia, la violencia,
el analfabetismo, el hambre y las enfermedades, por medio de un enfoque
interdisciplinario y transdisciplinario aplicado al análisis de los desafíos,
los problemas y los diversos temas;
f) afianzar sus relaciones con
el mundo del trabajo en una base nueva, que implique una asociación
efectiva con todos los agentes sociales de que se trata, empezando por una
armonización recíproca de las actividades y de la búsqueda de soluciones para
los problemas urgentes de la humanidad, todo ello en el marco de una autonomía
responsable y de las libertades académicas;
g) como norma, garantizar una alta
calidad de las normas internacionales, tener la obligación de rendir
cuentas y de efectuar evaluaciones tanto internas como externas,
respetando la autonomía y la libertad académica, considerando que son
inherentes a su funcionamiento, e institucionalizar sistemas, estructuras o
mecanismos transparentes específicamente adecuados a ese fin;
h) como la educación a lo largo de toda
la vida exige que el personal docente actualice y mejore sus capacidades
didácticas y sus métodos de enseñanza, incluso más que en los sistemas
actuales, que se basan principalmente en periodos cortos de enseñanza superior,
establecer estructuras, mecanismos y programas adecuados de formación del personal
docente;
i) promover y desarrollar la
investigación, que es un elemento necesario en todos los sistemas de educación
superior, en todas las disciplinas, comprendidas las ciencias sociales y
humanas y las artes, dada su pertinencia para el desarrollo. Igualmente habría
que reforzar la investigación sobre la propia educación superior por medio de
mecanismos como el Foro UNESCO/UNU sobre la enseñanza superior y las Cátedras
UNESCO de educación superior. Se precisan estudios objetivos y oportunos que garanticen
un progreso continuo hacia los objetivos nacionales clave, cuales son el
acceso, la equidad, la calidad, la pertinencia y la diversidad;
j) eliminar las disparidades y
sesgos entre hombres y mujeres en los programas de estudio y las investigaciones,
y tomar todas las medidas apropiadas para asegurar una representación
equilibrada de ambos sexos entre los estudiantes y los profesores, en todos los
niveles de la gestión;
k) proporcionar, cuando
proceda, orientación y consejo, cursos de recuperación, formación para
el estudio y otras formas de apoyo a los estudiantes, comprendidas
medidas para mejorar sus condiciones de vida.
7. Aunque la necesidad de establecer
vínculos más estrechos entre la educación superior y el mundo del trabajo es
importante en todo el mundo, es especialmente vital para los países en
desarrollo, y más particularmente para los países menos adelantados, habida
cuenta de su bajo nivel de desarrollo económico. Para alcanzar este objetivo
los gobiernos de esos países deberán adoptar medidas adecuadas como la
consolidación de las instituciones de educación superior, técnica y
profesional. Al mismo tiempo se necesita una acción internacional que
contribuya a establecer iniciativas conjuntas de la educación superior y la
industria en estos países. Será necesario estudiar de qué manera se puede
apoyar a los graduados de este nivel mediante diversos sistemas, siguiendo la
experiencia positiva del sistema de microcréditos y otros incentivos, para
poner en marcha pequeñas y medianas empresas. En el plano institucional, el
desarrollo de capacidades e iniciativas empresariales debe convertirse en la
preocupación principal de la educación superior, para facilitar la posibilidad
de emplear a los graduados, llamados cada vez más a convertirse no sólo en
personas que buscan trabajo sino en creadores de empleo.
8. Se deberá generalizar en la
mayor medida posible la utilización de las nuevas tecnologías para que
ayuden a los establecimientos de educación superior a reforzar el desarrollo
académico, a ampliar el acceso, a lograr una difusión universal y extender el
saber, y a facilitar la educación durante toda la vida. Los gobiernos, los
establecimientos de enseñanza y el sector privado deberán procurar
que se faciliten en un nivel suficiente infraestructuras de informática y de
redes de comunicaciones, servicios informáticos y formación de recursos
humanos.
9. El acceso a los
establecimientos de educación superior debe abrirse a los educandos adultos:
a) estableciendo mecanismos coherentes
de reconocimiento de los resultados del aprendizaje efectuado en diferentes
contextos, y asegurar que los créditos son transferibles dentro de los
establecimientos, sectores y estados, y entre ellos;
b) estableciendo asociaciones mixtas de
investigación y formación entre la educación superior y la comunidad, poniendo
los servicios de las instituciones de educación superior a disposición de
grupos exteriores;
c) efectuando investigaciones
interdisciplinarias en todos los aspectos de la educación y el aprendizaje de adultos,
con la participación de los propios educandos adultos;
d) creando oportunidades para el
aprendizaje en los adultos, de maneras flexibles, abiertas y creativas.
III. ACCIONES QUE DEBERAN EMPRENDERSE
EN EL PLANO INTERNACIONAL, EN PARTICULAR POR INICIATIVA DE LA UNESCO
10. Deberá concebirse la
cooperación como parte integrante de las misiones institucionales de los
establecimientos y sistemas de educación superior. Las organizaciones
intergubernamentales, los organismos donantes y las organizaciones no
gubernamentales deberán ampliar su acción para desarrollar proyectos de
cooperación interuniversitaria en particular mediante el hermanamiento de
instituciones basados en la solidaridad y la asociación, con objeto de acortar
la distancia que separa a países ricos y países menos adelantados en los
ámbitos cruciales de la producción y aplicación de los conocimientos. Cada
establecimiento de enseñanza superior deberá prever la creación de una
estructura o un mecanismo apropiados para promover y organizar la cooperación
internacional.
11. La UNESCO y otras organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales que actúan en el campo de la
educación superior, los Estados mediante sus programas de cooperación bilateral
y multilateral, la comunidad universitaria y todos los interlocutores
interesados de la sociedad deberán promover la movilidad universitaria
internacional como medio de hacer progresar el saber y de compartirlo,
a fin de instaurar y fomentar la solidaridad, principal elemento de la futura
sociedad mundial del saber, inclusive mediante un fuerte apoyo al plan de
trabajo conjunto (1999-2005) de los seis comités intergubernamentales
encargados de la aplicación de los convenios regionales sobre la convalidación
de estudios, diplomas y títulos de enseñanza superior, y por medio de una
acción cooperativa en gran escala, con particular acento en la cooperación
Sur-Sur, las necesidades de los países menos adelantados y de los pequeños
Estados, que o carecen de establecimientos de educación superior o tienen muy
pocos.
12. Los establecimientos de educación
superior de los países industrializados deberán esforzarse por concertar
acuerdos de cooperación internacional con establecimientos homólogos de países
en desarrollo, en particular con los de los países menos adelantados. En el
marco de esa cooperación los establecimientos deberán esforzarse por garantizar
un reconocimiento justo y razonable de los estudios cursados en el extranjero.
La UNESCO deberá adoptar iniciativas para promover el desarrollo de la educación
superior en todo el mundo, fijando objetivos concretos que puedan plasmarse en
resultados tangibles. Una de las modalidades consistiría en ejecutar proyectos
en las diferentes regiones, redoblando esfuerzos por crear o consolidar centros
de excelencia en los países en desarrollo, especialmente mediante el Programa
UNITWIN y de Cátedras UNESCO, fundándose en las redes de instituciones de
enseñanza superior nacionales, regionales de internacionales.
13. La UNESCO, junto con todos los
interlocutores interesados de la sociedad, también deberá tomar medidas
para paliar los efectos negativos de la fuga de cerebros y sustituirla
por un proceso dinámico de recuperación de los mismos. En todas las
regiones del mundo se necesita un análisis global de las causas y consecuencias
de la fuga de cerebros. Deberá ponerse en marcha una vigorosa campaña,
mediante el esfuerzo concertado de la comunidad internacional y basada
en la solidaridad universitaria, que debería centrarse en el regreso al país de
origen de universitarios expatriados y en la participación de voluntarios
universitarios (profesores recién jubilados o jóvenes universitarios
en principio de carrera) que deseen enseñar e investigar en establecimientos de
educación superior de países en desarrollo. Al mismo tiempo, es fundamental
apoyar a los países en desarrollo en sus esfuerzos para construir y consolidar
sus propias capacidades educativas.
14. En este marco, la UNESCO deberá:
a) promover una mejor coordinación
entre las organizaciones intergubernamentales, supranacionales y no
gubernamentales, los organismos y las fundaciones que patrocinan los programas
y proyectos existentes de cooperación internacional en materia de educación
superior. Además deberán tomarse iniciativas de coordinación en el contexto de
las prioridades nacionales. Así se podrían mancomunar y compartir los recursos,
evitar la duplicación de tareas y mejorar la identificación de los proyectos,
aumentar el efecto de la acción y garantizar mejor su validez gracias a
acuerdos y revisiones colectivos. Las instituciones y los donantes públicos y
privados deberán apoyar los programas encaminados a la rápida transferencia de
conocimientos, a sustentar el desarrollo institucional y a crear centros de
excelencia en todos los campos del saber, en particular para la educación para
la paz, la resolución de conflictos, los derechos humanos y la democracia;
b) junto con la Universidad de las
Naciones Unidas y las Comisiones Nacionales, las diversas organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales, debería constituirse en un foro de
reflexión sobre los temas de la educación superior con objeto de:
i) preparar informes actualizados sobre la situación de los conocimientos
relativos a los asuntos de la educación superior en todas las regiones del mundo;
ii) promover proyectos innovadores de formación e investigación destinados
a valorizar la función específica de la enseñanza superior en una educación a
lo largo de toda la vida; iii) reforzar la cooperación internacional y
poner de relieve la función de la enseñanza superior para la educación cívica,
el desarrollo sostenible y la paz, y iv) crear una base de datos sobre
experiencias e innovaciones satisfactorias, que podrían consultar los
establecimientos que tropiezan con problemas a la hora de reformar la educación
superior;
c) tomar medidas concretas para apoyar
a los establecimientos de educación superior en las universidades de las
regiones menos adelantadas del mundo y en regiones que sufren las consecuencias
de conflictos o desastres naturales;
d) intensificar los esfuerzos para
crear o fortalecer centros de excelencia en los países en desarrollo;
e) tomar la iniciativa de elaborar un
instrumento internacional sobre la libertad académica, la autonomía y la
responsabilidad social, en relación con la Recomendación relativa a la
condición del personal docente de la enseñanza superior;
f) velar por el seguimiento de la
Declaración Mundial sobre la Educación Superior y el Marco de Acción
Prioritaria, junto con otras organizaciones intergubernamentales y no
gubernamentales y con todos los interesados en la educación superior, entre
ellos la Universidad de las Naciones Unidas, la consulta colectiva de
organizaciones no gubernamentales sobre educación superior y el foro de
estudiantes reunido en la UNESCO. La Organización deberá desempeñar un papel
decisivo en la promoción de la cooperación internacional en el ámbito de la
educación superior para efectuar dicho seguimiento. Se deberá considerar la
posibilidad de concederle prioridad durante la elaboración del próximo Programa
y Presupuesto de la UNESCO
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